lunes, 31 de marzo de 2008
sábado, 29 de marzo de 2008
Myle y Luis
jueves, 20 de marzo de 2008
La más perfecta casualidad
-Por supuesto que no estoy de acuerdo con esto; pero aquí estoy, ¿no?
-¿Y qué se supone que haga? Todos mis amigos están casados, creciendo sus familias, haciendo vidas propias... ¡Hasta tú estás casado! ¿Y yo qué? Yo también quiero una familia, hijos, un perro y una cocina impecable. ¿Por qué para los demás está bien y para mí no?
-Porque nosotros nos arriesgamos a salir de la comodidad, a buscar sin ninguna certeza de éxito, a que nos rompan la madre o a nosotros rompérsela a alguien sin quererlo así. Porque nosotros luchamos por ello.
...
-¿Y qué se supone que haga ahora? ¡Ya no puedo cancelar nada!
-Pues...- alcancé a decir antes de ser interrumpido por la música:
"...hay que correr el riesgo
de levantarse y seguir cayendo.
No hay nada que perder
cuando ya nada queda en el vaso
y no puedes saber
que fuerte es el poder de un abrazo.
Ya se fue el tren
y esta calle nunca más será igual.
Aprendiste a tener miedo;
pero hay que correr el riesgo
de levantarse y seguir cayendo..."
Los Enanitos Verdes - Eterna soledad
martes, 18 de marzo de 2008
Quiero dinero, mucho.
lunes, 10 de marzo de 2008
Happy birthday dear President...
viernes, 7 de marzo de 2008
150% Guillo!
(En referencia a una vivencia universitaria... )
No tenemos
-...no hará nunca nada. Quien carece de valor jamás logrará nada nuevo. Quien carece de valor nunca conseguirá ser él mismo. Quien carece de valor no podrá librarse del pasado, de los demás, de los ejemplos y de las tradiciones Quien carece de valor jamás escapará de la mierda italiana, francesa, inglesa, alemana, americana o rusa, que hace lentos circunspectos nuestros pasos.
>>El genio es valor.
>>La grandeza es valor.
>>La originalidad es valor.
>>La destrucción es valor.
>>Es preciso tener el valor de no ser comprendidos al principio.
>>Es preciso tener el valor de que se rían en nuestras propias barbas.
>>Es preciso tener el valor de desafiar el desprecio de los enemigos y el temor de los amigos.
>>Es preciso tener el valor de ganar poco dinero.
>>Es preciso tener el valor de escupir y de vomitar sobre lo que amamos y veneramos.
>>Es preciso tener el valor de pasar por idiotas, por locos peligrosos, por pícaros y charlatanes
>>Es preciso tener el valor de castigarnos a nosotros mismos y de avergonzarnos de nosotros mismos para escapar finalmente de aquello que hacen, creen y admiran todos.
-¿Más aún? Por todo cuanto has dicho he pasado: incomprendido, ridiculizado, abandonado, empobrecido, desconocido; más de una vez me han llamado idiota, demente, perverso, fraude... También más de una vez me he castigado por causa de mi propia vergüenza.
>>Sigo esperando la salvación que prometes, no han llegado a mi ni la redención, el orgullo o la gloria.
-Cada día, cada hora, cada instante, más valor.
>>Nosotros mismos que tenemos más valor que todos y que nos avergonzamos de las bajezas ajenas como si de nuestro propio deshonor se tratara; nosotros mismos que hemos intentado desarraigar el respeto humano, el respeto artístico, el respeto a la razón y la veneración y devoción públicas y universales, nosotros mismos no somos bastante valerosos. No tenemos todo el valor necesario.
>>Las tres murallas chinas del mandarinismo europeo - el Pasado, el Público, la Lógica - han sido atacado y demolidas por nosotros varias veces, pero no hemos logrado derruirlas hasta la última piedra. Aún existe e nosotros algo del pasado, un poco de respeto por el pasado, un poco de pena por el pasado, un poco de añoranza por el pasado.
>>Aún hay en nosotros un poco de respeto por la gente que va al teatro y lee los diarios; un poco de temor ante los profesores, los críticos y los periodistas; un poco de freno ante la gente seria. Aún hay en nosotros cierta preocupación por la claridad, cierto terror por la extravagancia al margen de la ley, cierto cuidado por el orden y la expresión.
>>Cuando escribimos existe cierta apariencia de lógica continuidad. Conservamos el orden de los párrafos, el esquema de la frase, las expresiones consagradas. Cuando hablamos hay todavía cierta complacencia apostólica hacia quien nos está escuchando, hay todavía un barniz de deferencia. Cuando pintamos afloran demasiadas recuerdos de la realidad, y una sombra de composición y cierta reminiscencia de líneas clásicas y conocidas.
>>No, queridos amigos: no somos bastante valerosos. A nosotros mismos nos falta el valor. Aún somos demasiado pícaros. Todavía mantenemos un pie en lo ya hecho y en lo ya dicho, y conservamos extensas manchas de racionalidad en alguna circunvolución de nuestro cerebro.
>>No tenemos el valor de semejar todavía más locos, más frenéticos, más maniáticos, más delirantes, más furiosos.
Y así comenzó en mi vida la Marcha del Valor tras el diálogo con Giovanni Papini.