-¿Y cuáles son tus expectativas de la empresa?
-No tengo...
Luego de un mes de espera por fin me hicieron llamar. Una semana antes había cumplido 24 años y por fin después de todo ese tiempo, comenzaba a sentirme menos como un paria. Esos días tuvieron las mejores tardes que Mérida ha tenido en mucho tiempo, en un sólo cielo todos los colores. Me sentía de alguna forma agradecido.
Nuevo horario, nuevos hábitos, nueva gente. Por fin nueva gente y entre ellos el Puni, un loco acertado como la mayoría de los locos. Si él era el sabio rey de Wirani yo era entonces su chambelán y la fuente de donde manaba el agua embrujada sería la cuarta. A diferencia del cuento de Gibran, el Punisher no hizo llenar su copa dorada con el agua de la cuarta fuente ni me incitó a que lo hiciera: fue despedido. Al irse yo tomé su lugar, literal y metafóricamente. Su cubículo era mejor que el mío. Ahora tenía a mi supervisor a un lado y a Jay al otro, lo que se traducía en ayuda al alcance de la mano. Por desgracia también tenía a mi jefe detrás, de nuevo literal y metafóricamente. Había mucho por aprender y ahí, en el anteinfierno, yo creía que no me cansaría de intentarlo.
jueves, 23 de julio de 2009
Crónica de los mese perdidos o Los 120 días en la cuarta fuente. El Anteinfierno.
Comunicado oficial de
Guilloböy
en
jueves, julio 23, 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario