sábado, 29 de marzo de 2008

Myle y Luis

Un par de guillolandeses en Starbucks

jueves, 20 de marzo de 2008

La más perfecta casualidad


-Por supuesto que no estoy de acuerdo con esto; pero aquí estoy, ¿no?

-¿Y qué se supone que haga? Todos mis amigos están casados, creciendo sus familias, haciendo vidas propias... ¡Hasta tú estás casado! ¿Y yo qué? Yo también quiero una familia, hijos, un perro y una cocina impecable. ¿Por qué para los demás está bien y para mí no?

-Porque nosotros nos arriesgamos a salir de la comodidad, a buscar sin ninguna certeza de éxito, a que nos rompan la madre o a nosotros rompérsela a alguien sin quererlo así. Porque nosotros luchamos por ello.


...


-¿Y qué se supone que haga ahora? ¡Ya no puedo cancelar nada!

-Pues...- alcancé a decir antes de ser interrumpido por la música:


"...hay que correr el riesgo 

de levantarse y seguir cayendo.

No hay nada que perder

cuando ya nada queda en el vaso

y no puedes saber

que fuerte es el poder de un abrazo.

Ya se fue el tren

y esta calle nunca más será igual.

Aprendiste a tener miedo;

pero hay que correr el riesgo

de levantarse y seguir cayendo..."






Los Enanitos Verdes - Eterna soledad

martes, 18 de marzo de 2008

Quiero dinero, mucho.

Sí, como que no he tenido ganas de escribir.

Mmm... Algunas recomendaciones:

Videojuego: Portal
Pelicula: August Rush
Libro: Masculinidad de Govanni Paini


Aclaración sobre la película: Es estúpida, es boba, es cursi, repleta de lugares comunes, predecible, inverosímil... Pero, citando a Papini, "yo, que no tengo el llanto fácil, siento ansias de llorar", que sería más bien sentí.

lunes, 10 de marzo de 2008

Happy birthday dear President...

Por alguna razón (el universo me odia) que desconozco, mis cumpleaños son terribles. No así los de la infancia, que eran maravillosos. Lo dos últimos me enfermé en pleno período de exámenes, gastritis, nauseas, mareos, etc.,  etc., etc. Realemnte nefastos cumpleaños.

Como todo el mundo se podrá imaginar, no existe peor día para cumplir años que los Lunes. Pues felicidades a mí en san Lunes.

Cuando todo pintaba para ser el peor día, sorpresivamente fue un día... rico. El clima estuvo excelente, las clases que usualmente son nefastas en lunes fueron relativamente buenas, el exámen por el cual estaba dispuesto a entrar en conflicto mortal era sólo una mentira (supuestamente). Aunque nuestro nuevo director llegó también al rescate. La mañana, a diferencia de lo usual, fue una mañana tranquila. En medio día por fin pude comer sin estar a la carrera. La tarde fue espectacular, podía dividirse el cielo en tres franajas casi perfectas: anaranjado en la base, azul en medio y negro arriba con una luna menguante perfecta. Perfecta.

Si hubiera llovido en la noche hubiera recobrado mi fe en el dios católico (católico a falta de una mejor propuesta) y lo hubiera tomado como un clarísimo mensaje de reivindicación.

Honestamente, como esperaba que el día fuera tan mierdero como cada cumpleaños, pues no había planedo nada. Bety, desde Miami, insistía en que debía hacer algo, lo que fuera. Mylena desde el D.F. mandando los mejores deseos (a esta chica sí que el universo le hace caso). Y así por todas partes. A pesar de mi grouchy attitude todo el mundo con la mejor vibra, incluso me econtré a la maravillosa Kookayito, que tras haberla tenido presente por varios días al fin se materializó el día de hoy (ayer en realidad).

En este punto tenía que incluír algo que me fue inspirado por Arturo; pero he de confesar que estoy... ¿Cómo decirlo educadamente? Bajo las negativas influencias del alcohol (estoy p-diiiisimo para la gente bulgar que no ha entendido), por lo que no recuerdo bien qué era. Pero era algo cursi sobre lo agradecido que estoy de haberme encontrado con mucha de la gente que me rodea.

Luego de ese "fin del día" (atardecer) tan pkm (espectacular para la gente refinada que suele visitar este sitio) pues lo siguiente era agradecerle al capitalismo por hacernos tan felices gastando:
Rat Pack (un baresito de sueño con oooobvio estilo 50ero). Comida italiana para honrar a los gangsters que dieron lugar al estilo de los 50's, y de ambiente Robbie Williams cantando Jazz.

Nisiquiera sabía que existía tal concierto a pesar de que me gusta mucho RW y el Jazz. Pues fue genial descubrirlo precisamente en mi cumpleaños. Y así, mientras Robbie cantaba con todo su esfuerzo tratando de acercase a las suelas de Frankie, yo tomaba una copa de vino tras otra. El tonto mesero cometió el error de decirme que luego de la primera, las siguientes copas costaban sólamente $15 pesos (€1.oo ó $1.4usd). Por fortuna yo no traía coche y el conductor no traía mucho $$$ como para seguirme el paso. Si tú, mi querido lector, estás acostumbrado al vino de esos precios, has de saber que en méxico y particulamente en la península yucateca donde hace un calor endemoniado, el vino por corriente que sea, es caro y poco popular.

Estando solo con mis dos mejores amigos, la plática fue de lo más trivial y sin embargo, de lo más agradable.

Quisiera que todos mis días fueran así (no necesariamente con vino a $15) porque en verdad fue un cupelaños FELIZ!



viernes, 7 de marzo de 2008

150% Guillo!

Luego de postear, hice mi recorrido habitual por la blogósfera: Los días intensos, Break the Illusion, etc. Estando en el segundo, encontré una página que genera Slogans:


(En referencia a una vivencia universitaria... )

No tenemos


-...no hará nunca nada. Quien carece de valor jamás logrará nada nuevo. Quien carece de valor nunca conseguirá ser él mismo. Quien carece de valor no podrá librarse del pasado, de los demás, de los ejemplos y de las tradiciones Quien carece de valor jamás escapará de la mierda italiana, francesa, inglesa, alemana, americana o rusa, que hace lentos  circunspectos nuestros pasos.

>>El genio es valor.

>>La grandeza es valor.

>>La originalidad es valor.

>>La destrucción es valor.

>>Es preciso tener el valor de no ser comprendidos al principio.

>>Es preciso tener el valor de que se rían en nuestras propias barbas.

>>Es preciso tener el valor de desafiar el desprecio de los enemigos y el temor de los amigos.

>>Es preciso tener el valor de ganar poco dinero.

>>Es preciso tener el valor de escupir y de vomitar sobre lo que amamos y veneramos.

>>Es preciso tener el valor de pasar por idiotas, por locos peligrosos, por pícaros y charlatanes

>>Es preciso tener el valor de castigarnos a nosotros mismos y de avergonzarnos de nosotros mismos para escapar finalmente de aquello que hacen, creen y admiran todos.


-¿Más aún? Por todo cuanto has dicho he pasado: incomprendido, ridiculizado, abandonado, empobrecido, desconocido; más de una vez me han llamado idiota, demente, perverso, fraude... También más de una vez me he castigado por causa de mi propia vergüenza.

>>Sigo esperando la salvación que prometes, no han llegado a mi ni la redención, el orgullo o la gloria.


-Cada día, cada hora, cada instante, más valor.

>>Nosotros mismos que tenemos más valor que todos y que nos avergonzamos de las bajezas ajenas como si de nuestro propio deshonor se tratara; nosotros mismos que hemos intentado desarraigar el respeto humano, el respeto artístico, el respeto a la razón y la veneración y devoción públicas y universales, nosotros mismos no somos bastante valerosos. No tenemos todo el valor necesario.

>>Las tres murallas chinas del mandarinismo europeo - el Pasado, el Público, la Lógica - han sido atacado y demolidas por nosotros varias veces, pero no hemos logrado derruirlas hasta la última piedra. Aún existe e nosotros algo del pasado, un poco de respeto por el pasado, un poco de pena por el pasado, un poco de añoranza por el pasado.

>>Aún hay en nosotros un poco de respeto por la gente que va al teatro y lee los diarios; un poco de temor ante los profesores, los críticos y los periodistas; un poco de freno ante la gente seria. Aún hay en nosotros cierta preocupación por la claridad, cierto terror por la extravagancia al margen de la ley, cierto cuidado por el orden y la expresión.

>>Cuando escribimos existe cierta apariencia de lógica continuidad. Conservamos el orden de los párrafos, el esquema de la frase, las expresiones consagradas. Cuando hablamos hay todavía cierta complacencia apostólica hacia quien nos está escuchando, hay todavía un barniz de deferencia. Cuando pintamos afloran demasiadas recuerdos de la realidad, y una sombra de composición y cierta reminiscencia de líneas clásicas y conocidas.

>>No, queridos amigos: no somos bastante valerosos. A nosotros mismos nos falta el valor. Aún somos demasiado pícaros. Todavía mantenemos un pie en lo ya hecho y en lo ya dicho, y conservamos extensas manchas de racionalidad en alguna circunvolución de nuestro cerebro.

>>No tenemos el valor de semejar todavía más locos, más frenéticos, más maniáticos, más delirantes, más furiosos.



Y así comenzó en mi vida la Marcha del Valor tras el diálogo con Giovanni Papini.