miércoles, 16 de enero de 2008

Look for the nines, god also jerks off

It all really begun with Der Fliegende Holänder, a manos de Figo bajo su infatigable apostolado wagneriano. Luego mi estúpido mejor amigo que no me avisó para ver la tercera parte de Los Piratas del Caribe, así que me vi en la necesidad de hurtar el DVD de su cuarto para luego ocultarlo bajo su ropa sucia y argumentar que siempre estuvo ahí. Mientras los piratas navegaban away from the Davy Jones' Locker, yo navegaba por la red, en una "bahía pirata", bajando películas con un ojo al parche...

Una vez que el fantasma de Disney hubo terminado de mandar al diablo al holandés errante para poner en su lugar a un mugroso herrero con su trivial historia de amor, me cambié de estación, algo así como ir de proa a popa; pero más bien de una esquina de mi cuarto de dos metros a la otra. Así, en la madrugada del día presente, comencé a ver la segunda película: The secret window. No casualmente, por supuesto.

Tristemente descubrí que la ventana secreta es por mucho la peor película en la historia de Johnny Deep. Toda la película, toda, es un lugar común. Y además tan obvia y estúpidamente predecible, que incluso llegas a pensar que todo es a propósito; pero no, acaba y te sientes un jodido por haber perdido dos horas de tu vida, electricidad de la pc y espacio en tu disco duro; eso sin contemplar el tiempo que le tomó bajarse.

Desilusionado decidí tomar una siestecilla que comenzó como a las 8a.m. y terminó cuarto para las 3p.m. Luego de bajar a no-comer, subí de nuevo a mi recámara para ver la siguiente muvi: The nines.

The nines es una película típica gringa. La dirección me recordó un poco a Coppola. Luego de ver en el trailer unos numeritos brillosos y de colores sobre las cabezas de la gente, pensé que iba a ser una basura, dos horas más de mi vida desperdiciadas, etc.

La peli se divide en 3 partes, para el final de la segunda, estaba tan contento que sólo decía en voz baja «que el final sea bueno, que el final sea bueno...». Tenía la sospecha de que todo iba a terminar en un lugar común al igual que con La Ventana Secreta.

Mientras el escritor de La Ventana Secreta ignoraba los consejos literarios de su personaje Mort, quien escribió The nines no se olvidó de que el resto de la historia tiene que sostener el final, que mientras más pesado más fuerza requiere para ser sostenido.

Fuera de la crítica literaria, una secuencia de casualidades "ligatorias" me llevaron a este punto: Aunque los 7s no lo entiendan, e incluso a mi se me olvide, soy un 9 y un nueve must "look for the nines".

De Figo al Holandés Errante, del holandés a Los piratas del Caribe, de ellos a Johnny Deep, por él La ventana secreta y un escritor demente, escritor que crea con el pensamiento («El poeta es un pequeño Dios» dice Huidobro), tal como en The Nines. Un escritor, un programador quien dice que «la vida debería tener un "reset"». Y ahora que lo pienso, creo que reset es mejor que el forward que yo había propuesto. Debiera programar un reset para mí ahora que se que puedo compilar mi propia vida.

Espero que mi final sea igual de bueno que el de 9ary/9avin/9abriel, porque a fin de cuentas «The only thing that matters is the ending. It's the most important part of the story. And this one, is very good. This one is perfect». So shall it be.

1 comentario:

Arwen.. dijo...

Seré un 9 o un 7??? quizás otro número... Me dejas con la intriga!! Tendré q ver la peli...