sábado, 10 de enero de 2009

La Guerra de Castas

Recientemente me he vuelto visitante frecuente del blog de Ángeles Mastretta "Puerto libre" gracias a la recomendación de la que considero su fan número uno, Bety. Yo por mi parte nunca he sido tan fan, aunque sí aprecio su obra, y pienso como su creo-que-marido (Héctor Aguilar) cuando en una entrevista para "Shalalá" (Sabina Berman y Katia D'Artigues) decía que ella era una buena escritora, sin llegarla a reconocer como una Grande... «Aún».

En su último post "El perro de Quevedo" recibió un comentario que me llamó mucho la atención:

Lucía Angélica Folino dijo:
¿Qué infamias se hacen en honor al amor a las mascotas?
El perro ha vuelto a ser perro. Eso calma tu angustia ante la muerte. Tú sí eres persona. Cierto. Eres periodista y escritora de un diario importante. Tienes un nombre angelical y cuando una persona te extiende su mano pidiendo limosna, te pones el mejor vestido de todos y armas un evento solidario para que todos sepan lo buena gente que eres.
¿No sientes remordimientos, Ángeles?
Poema para hoy:
El dardo (premio consuelo para...)

Esta mujer critica en su poema (que en realidad es prosa cortada en tiritas para que luzca como verso) a la mujeres, y a quien le quede el saco, que han nacido «en cuna de oro» y andan por la vida sintiendo poca pena por los demás. Recomiendo leer el poema antes de seguir con la lectura.

No es que me interesen los ataques de escritoras populistas a escritoras populares; pero siempre he padecido las diferencias que entre ellas hay.

Mérida no es un sitio tan distinto a Puebla en muchos aspectos que no pretendo listar. Mérida tiene además algunas particularidades. Es una ciudad aislada cultural y geográficamente del resto del país. Es supuestamente conservadora, lo que en realidad significa "tapada". Es cálida con los visitantes, que en realidad significa que sabe sobre el dinero que inyecta el turismo, mientras los cálidos ciudadanos rayan con sus cálidas llaves a los carros con placas de otros estados y con particular agrado los que tengan placas del D.F. Mérida es una gran ciudad, pero es a la vez un gran pueblito. El sistema de castas aún prevalece en su renovada versión capitalista. Existe un puñado de "familias bien" que representan a la nobleza local y es deber de cualquiera que pretenda flotar en el elitismo social conocer a cada miembro de estas familias aunque nunca hayan cruzado palabras en su vida.

Para los distraídos, podría parecerles que la sociedad está dividida en dos grupos. La "Gente bien", que aparecen en una revista del mismo nombre y el resto, que representan al pópulo. Pero para el ojo afinado existe una tercera categoría intermedia: Los trepadores. Este grupo es el más interesante, porque son la mayoría y su deber es relacionarse a toda costa y de la manera más permanente posible con cuantos miembros de la nobleza local puedan. Los métodos usuales son embarazos "accidentales" y misas los domingos. Los templos son más importantes que los antros de moda como centros sociales, pues ahí uno puede demostrar cuan piadoso es y agradar a los padres de la princesa o príncipe a conquistar. Se debe ser católico por supuesto. Las demás religiones son para el pópulo.

El grupo Trepador, para no ser relacionado con su real origen popular, tiende a discriminar a cualquier persona que pueda vincularlo con su origen. Así, quien lleve un apellido maya está destinado al rechazo social. Las familias bien, por otra parte, pregonan la supremacía yucateca pero nunca dejarían que alguno de sus hijos desposara a algún Pot, Canul, Pech, Cahuich, etc.

Estudié la preparatoria en una escuela privada, y al terminarla, hice un año en la universidad pública del estado. Luego de un año decidí regresar a mi lugar y me enrolé en una universidad privada. Ese año en la universidad pública me hizo aprender muchas cosas. También el pópulo discrimina, y lo hace muy bien. Durante mi paso por la facultad de veterinaria fui rechazado y denominado "niño bien". Siempre me consideré un "anti-niño-bien" cuando estaba en la prepa. El resto de mi equipo de trabajo, quienes también formaban parte del clan de "niños bien" aguantaron más que yo y poco a poco se integraron al grupo como iguales.

Al principio pensaba que nos discriminaban por resentimiento como dice Lucía A. Folino pues en esa época era yo un ejemplo de humildad (aunque no lo crean); pero luego supe mejor. Nos discriminaban porque es lo correcto, mantener las jerarquías es mantener el orden social acostumbrado y Mérida es una ciudad de costumbres. En veterinaria también uno aprende mucho sobre los animales y sobre apicultura; las manadas mantienen sus jerarquías y las abejas son el mejor ejemplo de orden social, donde nadie puede moverse entre estratos sociales.

Por otro lado, supongo que es también parte de una respuesta natural. Algo así como ir a los Estados Unidos y ser maltratado por un negro o ser ignorado por un latino cuando se le habla en español.

Lo mismo que Lucía Angélica Folino dice en su no-poema, dicen los "resentidos" en su lenguaje coloquial. Yo pensaba que lo decían por "ardidos"; pero en realidad lo dicen por ignorantes, porque «no les es dado comprender que cada cual defiende lo suyo».

También aprendí que es correcto responder de la misma forma; ofrecer condescendencia y empatía simplemente no les ofrece pautas para defender su status y vivirlo con dignidad. Ignorarnos los unos a los otros sería demasiado aburrido para soportarlo. Así que es nuestro deber, por respeto, el discriminar. Por supuesto, todo con mesura, que fue lo único que le falló a Hitler. No buscamos la guerra sino el equilibrio.

Estando en la universidad pública me cuestionaba más que nunca sobre la desigualdad y en el empeño en que los "resentidos" ponen en enfatizarlo (adoro las cacofonías). Ahora que lo entiendo me siento tranquilo y les aprecio por mantenerme en mi sito. Es gracias a ellos que ahora he terminado mi carrera en una prestigiosa universidad, aprendo idiomas y me preparo para hacer una maestría en el extranjero. De otra forma, con casi total certeza estaría administrando el rancho de mi mejor amigo rodeado de moscas y con un salario terrible "por aquello de la amistad".

8 comentarios:

Lucía dijo...

Te había contestado sobre la diferencia entre verso libre y cortado en tiritas y sobre el prejuicio existente entre populista y popular pero no tengo ganas de repetirme.
Los muchachos de la Cía habrán tenido la primera lectura en la pantalla del Gran Hermano y las logias, sectas y ligas mafiosas demoníacas o secretas franco-francmasónicas, no merecen otra oportunidad.

Decía, entre otras cosas, que Lacan se haría una fiesta con estos energúmenos.

Todos juntitos en un solo espacio del diario El país guiñando con un ojo y prestando un oído a Marx y otro a Sabina/Oliart/Muñoz Molina/Mastretta/Cruz y Cía.












Para hacer una tesis doctoral, ya lo aprenderás cuando te recibas, y dar una opinión fundamentada te sugiero que leas el libro de Umberto Eco, hay que aprender varios idiomas, leer mucha obra ajena, escribir la propia y tener capacidad objetiva e ideas interesantes.


¿Podrás hacerla o tendrás que comprársela al profesor populista u mal pago de la Universidad pública por mil quinientos dólares?


Lu

El poema es coloquial y está escrito en argentino. Te convendrá profundizar en literatura clásica y moderna para conocer la distancia poeta y ahijado del padrino monarca.

Guilloböy dijo...

Hablas como poeta cuando escribes prosa y hablas en prosa cuando escribes poesía. Me hechizas.

Gracias por entrarle al juego, me ha dado mucho gusto que me siguieras el royo en lugar de ignorarnos los unos a los otros; como ya he dicho, "sería demasiado aburrido para soportarlo". Bienvenida.

En cuanto a la tesis creo que tendré que comprarla. Eco me aburre y ahora estoy trabajando en una tesis que seguramente llevará por título algo como "Crecimiento y caracterización de nanopelículas para su aplicación en biosensores". Por fortuna estoy seguro de no tener que comprarla a tan elevado precio. Padre rico le enseña a su hijo a conseguir las cosas al precio que hijo rico quiera pagar, mientras Padre pobre le dice a su respectivo que debe trabajar duro para conseguir el dinero. Los dos son igual de corruptos.

Gui

La literatura clásica está sobrevalorada. Lo que tenía que hacer ya lo hizo en su tiempo. Perdí mucho tiempo con ella y confieso que de vez en cuando aún lo sigo haciendo. Por eso mismo, citaré a la magnífica Pink, invocando como rola de hoy: Pink - So what (disponible en Youtube por supuesto).


P.D: No creo que los tíos de la cía les importe mucho lo que digamos y por otra parte, ¿no se supone que todos merecen una segunda oportunidad?

Un gran abrazo, y gracias de nuevo por tomarte la molestia de contestar.

Lucía dijo...

Ah, Umberto es genial.
¿Sabes qué dice sobre las notas?

Son una FORMA DE PAGAR LAS DEUDAS.

Obliga al autor de la tesis a hacer un reconocimiento del autor de un frase, de una idea o a un interlocutor que lo ayudó a pensar determinado aspecto de la realidad para evitar el descrédito del intelectual.

Increíble. Lo dice él que fue acusado de plagio por abusar de las fichas de sus "negras".


Guillo, insisto. Leé a Eco. No es aburrido, es didáctico para gente que está en etapa de aprendizaje y por supuesto, para personas que tienen muchos conocimientos y no pueden procesarlos adecuadamente por carecer de estudios académicos.

La Universidad tiene eso. Es tediosa pero marca de un modo benigno el esclarecimiento y acentúa la intuición para descartar lo que no es valioso de lo que sí lo es.

Hay poetas que siguen escribiendo poesía clásica y lo hacen muy bien (recomiendo a frankalva que es un hombre mayor, que desafortunadamente tiene un nombre y apellido poco recordable, de ahí que siga siendo un aficionado pese a haber escrito una cantidad considerable de buenos poemas).


En mi caso, no sé si notaste, que sin perjuicio de lo buena que sea tengo un nombre completo sumamente eficaz que me catapultará como una poeta genial dentro de pocos años.
No sé si me tocará verlo, pero no dudo de que así será.
Te cuento los motivos:

Lucía es un nombre cargado de emotividades poéticas. Prácticamente todos los escritores tienen un personaje con ese nombre, los poetas le han dedicado cientos de canciones y hasta los cantantes han incluido en su repertorio una referencia a Lucía.

Como estaba quedando demasiado trillado le agregué el Angélica que en realidad casi nunca usaba.
El carácter esdrújulo, el sentido angelicalmente diabólico de la é acentuada y la i -letra imprescindible para popularizar un título o cargar una frase de aureola lo hacen imprescindible, ya que mi doble apellido (Folino Defino) es cacofónico.

Mi apellido es poco usual (aunque no por ello inhallable o imposible de reproducir por escrito) y tiene una connotación musical. No tiene significado semántico en castellano ni en italiano, que es su origen, pero remite a la idea de folio pequeño, follar, folie (locura), lo que es beneficioso a la hora de trascender post mortem.

Mi hijo se llama José Andrés y su apellido es Martino.
Ocurre como conmigo que Martino Folino era impresentable.
Entonces la é acentuada del nombre de mi padre y del padre de mi marido, lo potenciaba.

No opté por un nombre de pila con i aunque me hubiera encantado y tenía pensado uno precioso, pero no tuve más hijos.
Tampoco quería abusar porque llevar tres íes en un nombre es demasiado fatigoso y si a eso le sumas una jota que es la letra más perversa del abecedario dada su resonancia poco elegante me pareció oportuno dejarlo así sin insistir con "Federico", "Patricio" o "Ignacio".

(Claro que el nombre que tenía pensado para mi baby no era ninguno de esos tres, aunque fueron oportunamente barajados).

Si tu nombre es Guillermo debo decirte que no alcanzarás grandes logros.

La pronunciación guiie lo hace totalmente improcedente para dar el zarpazo.

Gracias por ir comprendiendo que somos pasajeros y no tenemos tiempo de reconstruir discursos que se pierden en el espacio.

Ni popular ni populista soy
Lu.

Y a quien no le guste me tiene sin cuidado.

Lucía dijo...

Padre rico le enseña a su hijo como sobrevivir cuando pierde mil millones en la bolsa por culpa de la crisis financiera?

Guilloböy dijo...

Eco no es didáctico, es más bien académico. Prefiero hablar con los árboles, son sabios y te ignoran si no les entiendes aunque uno piensa que es al revés.

A Frankalva no lo conozco; pero me parece un nombre familiar. A los jóvenes nos gustan los nombres rebuscados, sentimos que son importantes. Me suena porque quizá se le haya mencionado un par de veces en nuestro club de no-lectura Cruda Cultural (al que estás invitadísima si llegases a visitar Mérida alguna vez). A él asisten estudiantes de literatura y un par de ingenieros locos como yo que, como vampiros, nos alimentamos de los primeros.

Te cedo la razón en cuanto a tu nombre. Yo mismo tengo un par de personajes llamados Lucía, que en realidad son uno mismo; pero eso nadie lo sabe más que tú (prefiero si lo guardamos en secreto). Sobre tu apellido, debiste recordar que me encantan las cacofonías antes de revelarlo. Y Defino suena tan bien. Mi apellidos son regulares y aburridos. Preferiría ser Pérez para al menos poder burlarme de lo común de mi apelativo.

A la "j" le he tomado aprecio ahora me raspo mi paladar para pronunciar la "ch" alemana. Ese idioma es terrible, yo mismo me atemorizo al hablarlo. En cambio la "i" siempre me ha disgustado, sobre todo cuando se para al final de las palabras. Las convierte en lanzas. palabras con la punta aguda y filosa.

Guillermo tampoco me gusta mucho. Es exactamente eso que dices, ese horrible sonido del inicio "guie". Creo que por eso me disgusta la "i". Tengo un segundo nombre que me gusta más; pero es difícil responder a él luego de tanto tiempo de sólo llamarme Guillermo.

En la historia hay infinidad de Guillermos importantes. El problema es que nadie los recuerda. Supongo que el único bien librado fue Guillermo Tell que en verdad no debería contar. Sí en cambio Guillermo Marwood y de quien nadie tiene idea.

Me ha encantado que dijeras que los discursos se pierden en el espacio. Esto por dos cosas: Perderse en el tiempo sería el más asqueroso lugar común en el que alguien podría caer. Segundo, porque tengo pleito con eso a lo que llamamos tiempo y que en realidad no existe. Debería citar a algún físico de la talla de Einstein; pero este blog no es precisamente sobre física y convertir fórmulas y ecuaciones en frases coloquiales es aún más difícil de hacer que, primeramente, concebir la fórmula.

En cuanto a la trascendencia post mortem ya me he resignado a que mi nombre no va a ser de utilidad. Así que he concentrado mis esfuerzos en que sean mis obras ingenieriles las que hagan el trabajo. Por ejemplo, nadie sabe quién inventó la tostadora, que sin ser un instrumento de vital importancia es de más trascendencia que miles de artistas con grandes trabajos.


Quisiera seguir escribiéndote; pero son las 7 pasaditas y mis compañeros de Cruda Cultural ya me hablaron para saber si voy a llegar. La reunión era a las 6:30 y a pesar de que odio la impuntualidad, por ti hice una excepción.

Saludos a tu hijo, que a pesar de ser cacofónico, no me gusta tanto como tú.
Un beso!

Wilhelm.

Lucía dijo...

Saludos Whilhem.
Dicho así recuerdas a Reich, el inventor del aparato para registrar orgasmos, jajajaja.

Besos previos a la bioenergética de las Alemanías.

Guilloböy dijo...

También podría ser William como aquel de la Tempestad. Pero sería ir demasiado lejos.
De momento me quedo con Guillo o Willie (Bili). Ya luego veremos. Algo como G. Traven podría servir más a futuro.

Guilloböy dijo...

Padre rico le enseña a su hijo como sobrevivir cuando pierde mil millones en la bolsa por culpa de la crisis financiera?

No, por eso luego se avientan a las rieles del tren como nos relató Ángeles en su blog. No saben que lo único que tienen que hacer es esperar. Al pueblo le gusta que los ricos sigan siendo ricos para tener a alguien a quien admirar. Es como los países que aún tienen rey. La gente los ama y sigue con devoción. Me recuerdan a mi abuelita defendiendo a capa y espada sus figuritas de porcelana.